Con la expansión de la Republica Serenissima sobre la tierra firme durante el siglo XV las familias venecianas de la aristocracia empezaron a construir sus villas en el campo.
Estas se concibieron como residencias de vacaciones y también como haciendas con estupendos jardines, huertos y una gran variedad de cultivos.
Proyectadas por los más conocidos arquitectos de la época como Palladio, se decoraron con frescos y pinturas de los mejores maestros en Venecia como Veronese y Tiepolo.
